Los arcoiris no lloran, ni mucho menos lo harán las medusas esta noche que las veas en el acuario. Cuando te conocí usabas faldas y botas de soldado, has cambiado te podría regalar unos Manolo y sé que los portarías con el mismo orgullo. Y leemos libros como si nuestra vida fuera aburrida, creo que tenemos demasiado que darle al mundo pero a veces él se cansa de nuestra actitud siempre tan "con ganas de hacer algo por él" ¿Y entonces? Por qué esos repentinos ataques de furia melancólica, de histeria misógina típica, porque a veces son maneras de no desencantarnos, de no decirnos "y a nosotros ustedes qué"
Discúlpame mundo, pero yo intento dominar los tacones, quiero salir con una sonrisa y me pintas nuevamente un mundo diferente, pero bueno, se tienen que intentar colores diferentes, caras nuevas, un solo amor (el único) y escribir todo en esa libreta con tantas hojas blancas.
Mientras tanto nosotras en estas pantallas, con los ojos bien abiertos. Sin ganas de escapar o con muchas...
Insisto, los arcoiris no lloran, las nubes tampoco... todo es una metáfora. Que bonito.
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