Quien sea que esté del otro lado de la pantalla, contésteme. Aquí llueve, en todo el país llueve entonces... continuamos en un no lugar. Puedo estar aquí o allá o hasta allá. Y la lluvia seguirá, la música también. ¿Cuándo olvidamos que sentir era tan delicioso? Y que el miedo es solamente una nube en los ojos, una voz en la cabeza (o un dolor de cabeza), unas imágenes terroríficas de una película (¿vieron The Holiday, la voz en la cabeza que anuncia a Cameron Díaz como arruinará su vida). Bueno, eso hace el miedo: tormentas, huracanes y nunca, nunca calma. ¿Tienen que llegar siempre los paramédicos para rescatarte? Ojalá y una supiera como callar a esas voces y como saber refugiarse del huracán, dejar que pase y tranquilizarse. Bueno, la lluvia se calmó.
¿Y tú cuánto estás dispuesto a vivir con los miedos?
Yo quiero sonreír como ella, sonoramente, ampliamente... yo gobernar en mi mente. Ya estuvo bueno de querer dormir para evitar realidades, de hundirse en la regadera para evitar cualquier cosa. Ya hasta olvidé mi proyecto 78 antes de 20... ahora estoy exactamente a 1 mes antes de veinte y ya no siento miedo (tanto). Quiero recordar todos los días con soles o unas cuantas nubes para acurrucarse, no para llorar con ellas.
Así es esto y no nos queda de otra: sólo vivir, vivir, vivir y amar.
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