Si un ser perfecto del planeta Marte descendiera y se enterara de que los seres de la Tierra se cansaban y envejecían, sentiría pena y espanto. Sin entender jamás lo que había de bueno en ser gente, en sentirse cansada, en fallar diariamente; sólo los iniciados comprenderían ese matiz de vicio y ese refinamiento de vida.
-Clarice Lispector, "La imitación de la rosa"
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