2 de agosto de 2011

Querido Miau.


Te escribo una carta. Una que no sé si leerás, pero una más de tantas que te he escrito. Te amo y te he amado tanto desde hace dos años. Ya hemos sobrevivido un verano más, sí, hablo de supervivencia porque eso sucedió, un acto de aferrarse a una vida donde no estás tú y déjame decirte que ya no me la imagino sin ti, me cuesta trabajo. Muchísimo. Es por eso que durante todo este periodo de tiempo calmé a mi corazón y le dije que todo iba a estar bien. Y ayer que te vi, que te abracé, inmediatamente supe que no sólo todo está bien, sino que está mejor. Tus brazos son mi hogar, definitivamente.
Hoy mientras caminábamos me doy cuenta de que tenemos una relación como esas de las películas que me gustan. Cada que te veo siento que todo se me mueve, caminamos de la mano, me haces reír, después sin razón alguna te pregunto si me extrañaste y sólo dices "meh". Meh. Claro que no, mientes. Y sonríes, porque así somos, así nos llevamos y me has enseñado a descifrar tantas historias que suceden entre tus palabras, entre tus cosquillas. Gracias por hacerme sentir viva. Me encanta sentirme así y tú tienes un don para llevarme más lejos que eso.
Y ahora vienen los futuros, los instantes que nadie tiene planeados y esos me encantan a tu lado. Tomémonos de la mano y enfrentemos eso que siempre me hace querer meterme debajo de las sábanas y tú esperas pacientemente a que todas mis ideas justifiquen mi salida.
Eres un hombre extraordinario y no sólo lo digo por el hecho de que seas mi novio. No, lo digo porque te veo crecer y te veo contándome historias de ludopatía, de nuevos jugadores, de Estados Unidos en los 30's. Te veo crecer y ser fuerte y eso me llena de emoción y sobre todo nos veo crecer, juntos, haciendo proyectos cada quién y sabiendo que uno le pone atención a lo que hace el otro.
Quiero decirte que quiero todo contigo y eso sé que ya lo sabes. Pero con todo quiero decir que quiero mi vida contigo y soñar y amarnos y vivir y llorar y comer y gritar y pelear y reconciliarnos y abrazarnos, besarnos, tener sexo, visitar Praga, comer en Serendipity. Quiero estar exhausta cuando dé mi último respiro, por que sabré que ha valido la pena, que compartir mi vida contigo fue la mejor experiencia de una vida. Queda tanto camino y estaré siempre ahí, sin importar cuál sea la circunstancia. Mi manera de amarte no conoce límites y a veces le faltan palabras. Gracias por tu amor, por que es como ese que Carrie Bradshaw describió "I'm looking for love. Real love. Ridiculous, inconvenient, consuming, can't-live-without-each-other love." Y sé que tal vez debí citar a Joyce o a Lispector, pero no, esas palabras son las que exactamente quiero expresar.
Te amo,
Pao.

P.d. Esta carta fue escrita con el corazón en la mano, o bueno, con un corazón rojo y latiendo.

1 comentario:

Pedro Amaro 139971 dijo...

Algún día, encontraré alguien que amé como tú. Te admiro Pao, en serio lo hago.