26 de noviembre de 2011

20 días después.


Sí, prometí escribir. Me prometo día a día intentar nuevamente con la escritura y cada vez me siento menos feliz con mis intentos. ¿Me habré vuelto cínica? Cínica viene de perro. No, no soy un perro hasta donde yo sé. Aunque a veces, a estas alturas, me siento aturdida, llena de cosas por hacer y sin ganas de hacer nada. He conocido ya a ese tal Pedro Páramo, no sé que decirles. He leído tanto y mientras más leo, más voy dando pasos lejos de la escritura. Tengo miedo, de verdad, es como una angustia perpetua. Pero tal vez pasará. O no. Ahora siempre creo en la posibilidad contraria, creo que sí, soy un perro.  (Aunque eso sea un gato).

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