27 de noviembre de 2011

Preguntas...

Mi profesor le preguntó a mi compañera ¿Emma, la vida es absurda? Y para hacer sonar mejor el absurdo, con su elegante y propia pronunciación francesa, siguió con otra pregunta, ¿de casualidad tu novio se llama Charles? Y todos sabiendo la historia de Emma, nos limitamos a escuchar: Ya no. Y de pronto, ante los nervios de esa Emma que no es la de apellido Bovary, yo respondí "creo que la vida si es absurda, que mientras acudimos a la clase todo puede pasar en el camino".
Y sí, mientras acudimos a esto llamado vida, o a aquello llamado funeral (según lo queramos ver), suceden las cosas más absurdas que se puedan imaginar, una serie de eventos a los que uno nunca quisiera asistir y te dan las peores noticias y de pronto no sabes cómo no deshacerte en llanto y te das cuenta de que muchas cosas en esta vida son tan intranscendentales, que uno debería de dedicarse a vivir y olvidarse de todo aquello que a uno lo lastima. A veces creo que ahí está el absurdo, la náusea en las manos, en no darse cuenta de que la vida es vida y hay que vivirla punto. Encontrarle el significado como palabra que resuelves en un crucigrama y listo, lo que continúa.
No voy a decir que no me siento triste, porque tengo en mi corazón, alojada una tristeza que no se irá en un muy buen rato, pero hay que intentar mandar la mejor energía y el corazón estará tranquilo.
Tenía que comentar, que la vida sí es absurda y un día entero puede ser el absurdo en su máximo esplendor ¿y qué queda? Sonreír. 

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