Se gestan los mejores deseos, todas las ganas del mundo, se tienen esperanzas se mantiene firme ese árbol, se confía en las alas una vez más y si nos caímos veinte veces el año pasado hoy es eso pasado y nada más. Quedan recuerdos y sonrisas, inclusive quedan olores registrados en nuestro olfato y besos que queremos analizar como un número más. Hay resacas y nuevos remedios para curarlas y quedan todas esas palabras que no pronunciaste, las que sí, las que no sabes por que lo hiciste y queda hoy. Tengo sabores nuevos, bebidas favoritas, canciones que cambiaron el mundo por un instante y un corazón con el que nuevamente harás las paces. No fue fácil, sin embargo no hay manera de no decir que el año pasado fue de lo mejor y de lo peorcito. Perdí a mi abuelo y eso pesa. Pesa tanto que de pronto sientes que nada vale, pero siempre hay una sombrilla para un día nublado y él sigue siendo mi todo y estando conmigo, que bonito.
Además de todo vivo mi sueño saqué un precioso 97, tengo una cámara y a un hijo llamado pollito que me ha acompañado desde mi nacimiento, vivo en un lugar hermoso y estoy en este momento estrenando un año que será increíble (y esa palabra le queda chica a lo que será mi año. Porque en la siguiente entrada vienen las ideas y los globos que iré pinchando.
Hasta luego 2008 en tus números se quedaron mis suspiros y mis lágrimas pero sobretodo estrené mi verdadera pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario