10 de diciembre de 2008

Aroma a hastío.


"¿Qué haces lavando tan temprano Miranda?" Preguntó sorprendido Tomás cuando vio su cara ojerosa, temiendo respuestas hostiles decidió acercarse y ser salpicado por el agua que corría en el lavadero pocas veces usado. "¿Te importa mucho? Por que ni yo misma sé" Respondió tranquila y cuando volteó a verlo él pudo sentir como su corazón no había dormido una noche antes de tanto pensar, pudo notar las arrugas prematuras generadas por tantos días de sonrisas descansar como testigos omniscientes de toda su vida. 

"Si no me importara no lo preguntaría, pero tienes una taza en el cuarto desde hace días que me indica que hubo una noche en la que no te sentiste muy bien" La miró a los ojos temiendo su intromisión. "Eres solamente mi compañero de cuarto, no eres mi padre, ni mi hermano y a veces dudo que realmente seamos amigos, una taza es una taza, no hay porque buscarle explicaciones" Contesto vacía y siguió tallando, constantemente olía el vestido como si su único objetivo fuera desprenderse del olor.

 Tomás siguió observándola un rato, después dio la vuelta y ella le gritó "Dime que un hombre no es un hombre si no acepta sus derrotas y ni siquiera logra ser persona si olvida" Miranda estaba a punto de romperse las uñas y ahogarse con el suavitel, su cara no recobraba el color, sus ojos tenían maquillaje corrido. 

Ya era una semana desde que Tomás la escuchó entrar muy temprano, escuchó la regadera, sintió el vapor, se hizo el dormido. Ella estaba en un colapso nervioso pero si él se despertaba sabía que las cosas saldrían peor, Miranda se sirvió un litro de leche en una taza y suspiraba continuamente, sus ojos se veían felices, su cuerpo cansado, su vestido arrugado. Había leche para todo un año pero su felicidad no le duraría más de un día.

"No Miranda, un hombre olvida muy rápido y generalmente no acepta sus derrotas, deberías intentar dormir y olvidar su olor, no busques su mano, todo sucedió en una noche y hay tal magia en ella que lo bonito dura de 7 a 7 y luego todo acaba" Ella corrió a abrazarlo, había pasado con él tantas noches, lo había abrazado y nunca extrañaba totalmente su olor, se sintió reconfortada como quien toma un tranquilizante inmediato. Pero recordaba el olor perdido y sentía las mismas nauseas de la mañana después de la fiesta, no había un detergente tan poderoso, el mercado se había olvidado de los absorbe olores de noches pasajeras (seguramente el mercado es controlado por un hombre)

Your heart is sleeping now boy, far away from here. Nevermore.

No hay comentarios: