17 de mayo de 2009

No sé si existen letras para esto.


God save my dearest queen.

No existimos realmente (sin afán de ponerme existencialista) pero ni la vida está asegurada, ni a ella misma le gusta jactarse de sabihonda. La siento extraña, psicótica y transportable en muchos momentos. 

Sólo un medio para llegar a un fin, como una bicicleta que al final se queda sin ruedas.
- Ella no te presenta al amor de tu vida cuando tú quieres.
- Ella no te presta la entereza suficiente cuando no tienes que derrumbarte.
- Ella te permite tener ideas de terminar con ella misma (egocentrismo puro).
- Ella quiere ser la protagonista y el juego de que tú lo eres es sólo un artificio.

Lo único verdadero es que la vida existe, nosotros a medias y a expensas.

No hay comentarios: