7 de abril de 2008

time can never kill the true heart.

Hoy estoy muy reflexiva, tengo en menten muchas cosas y situaciones, tengo ganas de manejar, de que haya movimientos precisos, de que me salga la presentación de física, de poder llorar y poder dormir, pero últimamente no hay tiempo ni para nada de eso. Simplemente me lleno de muchos pensamientos, quiero leer, pero no logro desprenderme de otras cosas, quiero dormir, pero tengo miedo de dormir demasiado. Solamente quiero un día completo, en el cuál nadie interrumpa mi mente y mis sueños y mis planes, una mente en la que simplemente tenga en claro todo, y nada me de miedo. Miedo, sí, es una palabra difícil, y más aún aceptarla, pero si se conjuga con futuro, evades esa situación a como dé lugar, a veces no sé ni para dónde camino, y me voy con la finta de lo despistada que soy, lo único que veo es que las cosas están tranquilas, pero su tranquilidad pende de un hilo, del hilo de mi debilidad como lo escribía antes en un journal que tengo con Adriana. Y esa debilidad es imposible eliminarla, es la que te hace mortal, la que te hace pesado, la que te aterriza y por desgracia te imposibilita en una 30% de las ocasiones. A veces me gustaría no tener ese hilito, porque no me gusta ser títere de nadie.

La vida sucede y transcurre y mientras, qué, puedo decir que todo esto está siendo aburrido, que mientras todos añoran los tiempos en los que volvamos a estar juntos, yo ya necesito extrañar para poder decir "Es cierto, no debí de anticiparme", simplemente a veces hay sonidos en los cuáles identificas que no sigues en la misma sintonía. Sí me pierdo por un día trata de encontrarme, pero que pasa si no me encuentras. Suecedería una paradoja, para ti, para mi, probablemente no. Sí, efectivamente tengo miedo de escuchar la palabra mediocre muchas veces por miedo a que suceda, pero lo que más miedo me dá, es el hecho de que yo creo estar en un tiempo que no es, sigo pensando que a penas sucederan las vacaciones de semana santa, cuando ya sucedieron. Sigo temiendo y anhelando ese día dónde digan mi nombre y me levante a recibir mi diploma, y llore de la emoción de estar graduada y de tomar una fotografía mental dónde diga, bien, se ha acabado todo, no se muevan, dejenme conservarlos un momento, porque ya mañana no habrá días escolares con ustedes, porque ya mañana es relativo todo. Nuevos ciclos y rumbos diferentes. Y luego? qué sucederá en cinco años?

Primero me preocuparé por el discurso de la graduación. Y por el hecho de bajar de peso y que mi cabello crezca.

Julieta, éstas son las confesiones de una futura graduada.

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