9 de febrero de 2009

Cuando te columpiabas.


Piedritas.
Cubos.
Piezas que no embonan y ahora las haces girar.
Puntitos que se anotan al final y terminan siendo eternos
tinta azul sin nada de formalidades que inspira infinito
quiere mar     car ( y no precisamente un número telefónico)
su vida llena de citrato de hierro para modificar la variación de la tonalidad.
Quiere regresar a los monosíla bos
buscar espacios entre palabra y palabra.
Ella huirá 
     elevándose.
Hundiéndose en el asfalto 
enredándose en una reja de rombos
vendiéndose a una tienda de abarrotes.
En el camino las multitudes ya no voltean
Y ella se las devora.

Es un engaño su nombre
más que eso es un holograma
que se pierde nuevamente en la homogeneidad 
como una gota de sudor que ya recorrió todo el tiempo perdido 
entre su sombra
y la oscuridad del culpable.

Puntos.

(en realidad tres)

1 comentario:

Ana dijo...

Nunca dejes de escibir.
Eres eterna como el color y presente en mi como el azul! C**