20 de febrero de 2009

Medea.


Uno quiere ser un personaje. Mientras se pierde en las luces de los coches... de las avenidas... de aquellas pequeñas ciudades o grandes si se les ve desde arriba. 

Jasón (hace un gesto). - Te he amado, Medea. He amado nuestra vida insensata. He amado el crimen y la aventura contigo. Y nuestros abrazos, nuestras sucias luchas de vagabundos, y aquel entendimiento de cómplices que recuperábamos por la noche, en un rincón del carromato, después de nuestras fechorías. He amado tu mundo negro, tu audacia, tu rebeldía, tu convivencia con el horror y la muerte, tu rabia destructora. Creí contigo que siempre debíamos tomar y luchar y que todo estaba permitido.

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