19 de febrero de 2009

Reincidir cuando no se debe.


El café siempre va a estar ahí (eso uno lo sabe de sobra).
La lavadora cumplirá su función hasta el día en el que alguna pieza falle.
El tostador siempre va a quemar el pan sublimemente.
La brocha sentirá diferentes texturas de pintura pero siempre habrá esa simbiosis.

Las personas somos las únicas que cambiamos.
Dejamos de tomar el café juntos (y nos sabe diferente)
Empezamos a lavar nuestra ropa por separado para borrar olores y convertirlos en olvido.
Cada quien se lleva su tostador y alguno se queda sin pan sublime.
Y la pintura empieza a retratar lágrimas y pasado. 

Por que eso es todo y ahí radica la base de la longevidad: Vivir ahorita y si de vez en cuando está la oportunidad de reincidir. Somos seres humanos ¿Qué no?

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